Caos en el tránsito vehicular en Tijuana

El mirador:

En Tijuana los automovilistas, no todos afortunadamente, padecen del mismo problema que nuestros políticos, al ponerse detrás de un volante pierden el piso y se convierten en seres de otro planeta.

Con el volante en las manos se olvidan los buenos modales, del respeto al próximo, del respeto a las normas del buen vivir y las que reglamentan el tránsito por nuestras calles. ¿Pero qué sucede cuando esos mismos automovilistas pasan la frontera? se convierten en unas damas, ¿por qué esa mudanza tan radical? por qué allí las multas son fuertes, y los encargados de cuidar el orden no aceptan mordidas, cosa que aquí no pasa porque el reglamento de tránsito se lo pasan por el arco de triunfo.

Cuántas veces vemos a conductores o conductoras hablando por teléfono celular y hasta enviando mensajes. Y lo más grave ¡los semáforos!, ¿Quién los respeta?, si el municipio destinara motociclistas más o menos honestos a cuidar cualquier crucero importante, el monto de las infracciones aumentaría exponencialmente.

Al otro lado de la frontera lo primero que hacemos es ponernos el cinturón de seguridad, pero ¿por qué aquí no lo usamos? siendo esto también causante de una infracción. En nuestro vecino país los condados o delegaciones que los subdividen tienen su propia policía de tránsito, la cual representa su mayor fuente de ingresos, aparte de los diversos cobros por derechos.

En nuestra ciudad no suceden más accidentes de tránsito porque dios es grande y benévolo, y nos cuida sin merecerlo. Un gran porcentaje de los automovilistas se olvidan que existe un reglamento de tránsito, y por desgracia no hay quien se los recuerde.

No podemos olvidarnos de los cafres con licencia o sin ella que manejan las calafias, taxis y autobuses de transporte público, los cuales con tal de ganarse el pasaje no tienen empacho en convertir nuestras calles y avenidas en pistas de carreras. ¿Hasta cuándo nuestras ‘H’ autoridades municipales se dignaran en tomar cartas en este vital asunto?