EL PROBLEMA CON LAS ASOCIACIONES PÚBLICO-PRIVADAS

SEGUNDA PARTE

El próximo año, ante el ejercicio de un presupuesto base cero el esquema de Asociaciones Público Privadas (APP) será una opción viable para que se desarrollen diferentes proyectos de infraestructura en el país, prevén especialistas.

Hacer uso de las APP vendría a sustituir un poco los riesgos que puedan existir por un menor gasto público para que el desarrollo de infraestructura siga dándose o en el peor de los casos no se detenga.

Recientemente, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció que para el siguiente año se esperan 14 proyectos desarrollados bajo este esquema. Además, esperan una inversión privada de 2.9 billones de pesos para proyectos de infraestructura.

Sin embargo, el presidente nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Gustavo Arballo, ha asegurado que las Asociaciones Público – Privadas son una buena alternativa para la construcción de infraestructura, no la panacea. “El Gobierno federal debe realizar un análisis muy preciso para que no se vayan a convertir en deuda pública simuladas”, considera.

“Se beben dejar claras las fuentes de pago al sector privado y el tipo de participación que se tendrá en algún proyecto”.

El líder empresarial sostiene que la Ley de Asociaciones Público – Privadas publicada en 2012 no ha despegado como se esperaba, entre otras cosas, por la falta de conocimiento entre los involucrados sobre su aplicación.

Se considera que las APP mejoran la ecuación entre calidad y precio de los servicios, transfieren los riesgos al sector privado, mejoran incentivos para producir eficientemente, reducen el gasto público y traspasan ese endeudamiento a los privados. Pero sus críticos destacan que obligan a los gobiernos a pagos prolongados por la larga duración de los contratos. Además, alegan, los compromisos pueden deteriorar el gasto en servicios públicos, disfrazan el endeudamiento público y la privatización de tareas del Estado, y encarecen los costos.

A través de la Asociaciones Públicas Privadas es posible impulsar grandes proyectos siempre y cuando el esquema no implique que se comprometa el erario. Las obras deben  asegurar la fuente de repago, además se debe insistir en trasparencia en los procesos de licitación, impulsar el financiamiento con tasas competitivas y apoyos de la banca de desarrollo”.

Gustavo Arballo
Presidente nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC)

Francisco Ibáñez, en su estudio México 2030 Visión Prospectiva, propone promover el uso eficiente y racional de las APP (sólo cuando generen valor por el dinero para el gobierno) así como promover la cultura de la COMPETENCIA REAL en los procesos licitatorios, lo que tendría como consecuencia: mayor interés de las empresas nacionales y extranjeras; mejores precios para el gobierno con el consecuente beneficio para la población; y mayor interés de la banca comercial y de los fondos de capital.

Por su parte, el Centro de Investigación para el Desarrollo A.C. (CIDAC) establece que las mejores prácticas en esquemas de APP a nivel internacional cuentan con metodologías adecuadas para la estimación y distribución de los riesgos, obligan a los involucrados a rendir cuentas, cuentan con una regulación que permite modelos flexibles para adaptar cada APP a su realidad específica, enfoques completos del ciclo de vida (construcción, operación y mantenimiento) del proyecto, supervisión y control adecuados, capacitación a autoridades, enfoque en resultados, y blindaje ante posibles conductas oportunistas de empresarios y/o partidos políticos.

Los gobiernos que tienen múltiples asociaciones exitosas reconocen que cada sector conlleva diferentes retos y que las APP no son siempre recomendables. Así como pueden ser útiles en proyectos carreteros o portuarios, hay otros rubros donde la participación de privados daría lugar a riesgos potenciales, advierte el CIDAC. “Esto último aplicaría, por ejemplo, en una eventual injerencia de capitales particulares en el sistema penitenciario, un tema que se pone con frecuencia a discusión. Las APP no son la panacea ni la varita mágica para resolver todos los problemas, y su uso deberá evaluarse según las condiciones y circunstancias de cada proyecto”, plantea la institución.

El no concretar dichas propuestas que el sector demanda traerá como consecuencia no sólo inversiones menores a las requeridas, sino impactos sobre los niveles de competitividad y crecimiento económico para México.