La incertidumbre

En agosto del 2006 el dólar llegó a cotizarse a $10.20 pesos, 10 años después ha alcanzado la cifra de $20.40 pesos, en otras palabras el 100% de devaluación o depreciación, como ustedes deseen entenderlo.

Una de las teorías que hemos leído justifica al hecho como un efecto de la globalización, pero sobre todo de una pésima política que alimenta más la corrupción y la impunidad, lo que deriva en que cada día sea más difícil cubrir los requisitos básicos de un bien común, en el incremento de la delincuencia, de las carencias, de las enfermedades, en fin, en un mayor desfase entre nuestro país y los países considerados del primer mundo, aunque creo que el nuestro ya no es ni siquiera del tercer mundo.

Si somos positivos y vemos el vaso medio lleno, nuestros políticos, que para todo tiene una justificación, aseguran que en realidad no vamos tan mal, mientras que analistas externos ven a México con buenos ojos.

Si somos un poquito pesimistas y vemos el vaso medio vacío, nos preguntamos por qué permitimos que nuestros gobiernos no trabajen para nosotros, al final los que pagamos impuestos somos los patrones de los asalariados gobernantes que se despachan con la cuchara grande, y al ser ellos juez y parte se permite la corrupción y la impunidad en su máxima expresión.

En el sector empresarial de Baja California existen voces muy sólidas en contra de este flagelo que no permite que México avance, sin embargo, este sector no está unido y cada empresario que logra tener sus cinco minutos de fama los aprovecha para beneficiarse, y no para unirse y buscar el bien común.

Hasta cuándo el sector empresarial dejará de ser comparsa y actuará exigiendo que los impuestos que se pagan se vayan a la caja chica, especialmente el impuesto sobre nómina, que se ha convertido −con el beneplácito de los líderes empresariales de Baja California− en la caja chica de la SEDECO.

Hasta cuándo el sector empresarial exigirá una política congruente para promocionar a Baja California por sus cualidades y vocaciones, y no por ocurrencias y caprichos de una dependencia como SEDECO, que no hace más que enviar comunicados del vaso medio lleno sin medir sus consecuencias. El constantemente recibir comunicados de que Baja California es el número uno en empleo, en captación de IED y en muchas otras cosas, no significa que se estén haciendo las cosas bien.

Recientemente hemos presenciado cómo el Gobierno del Estado no cesa de decir de somos líderes en empleo, basado en estadísticas del INEGI, por otra parte vemos cómo el sector empresarial se queja de que no hay mano de obra disponible y calificada, sin embargo, nadie habla de cómo la población ha crecido más del 30% de habitantes en los últimos cinco años, los cuales no cotizan y trabajan en la informalidad. Hemos visto cómo el gobierno estatal y municipal han solapado y permitido un incremento de más del 50% en ambulantaje, hemos visto cómo por su política del Seguro Popular un trabajador prefiere no cotizar y por consiguiente no pagar impuestos, hemos visto cómo a los trabajadores que abandonaron sus viviendas, adquiridas con créditos Infonavit, no les interesa cotizar en un trabajo formal porque el Infonavit obliga a los patrones a retenerles su sueldo.

Estamos viendo cómo esta devaluación o depreciación está haciendo que los sueldos de los trabajadores se esfumen. De qué sirve que el Gobierno del Estado y los Ayuntamientos anuncien inversiones extranjeras y ampliaciones si cuando viene un ajuste de la moneda ésta no repercute en los sueldos. Estamos viendo también cómo empresas maquiladoras están teniendo grandes ahorros gracias a este fenómeno, y luego van y se quejan de que no encuentran trabajadores.

Pero no sólo las empresas extranjeras se están beneficiando de esta depreciación, también sectores como el de la construcción, donde se tienen en Tijuana proyectados 52 desarrollos verticales para más de 2,000 apartamentos, muchos de los cuales serán rentados en dólares porque a estos empresarios les interesa que vengan extranjeros y paguen con esta divisa, pero qué pasa con la población local, por qué el gobierno permite que se cobren rentas de vivienda en dólares y que ésta suba de precio cada mes, del tal forma que todo se encarece, se genera mayor tráfico, contaminación y tiempo de espera para cruzar las garitas, y aprovechando el tema, esperamos que en nuestro vecino país no gane las elecciones el neonazi Donald Trump, porque si esto sucede la crisis que estamos viviendo será solamente una anécdota para lo que se puede avecinar.

Si el sector empresarial no se une para buscar generar políticas públicas que beneficien a Baja california, que deje de quejarse, pues como dice el dicho: “Cada país tiene los gobernantes que se merece”.

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