SEDECO vende a clústeres certificación para controlar su acceso a recursos derivados de programas federales y estatales
Como estructuras dinámicas y complejas que están sujetas al cambio continuo, los clústeres deben fortalecerse de manera calculada y precisa; tanto la iniciativa privada como las dependencias de gobierno ligadas a su fortalecimiento deben proveerles de apoyo, ya que con éste pueden promover el crecimiento económico al impulsar la competitividad, la innovación, la vinculación y el potencial de negocios de una región en un sector estratégico concreto. Es bien sabido que el Clúster Aeroespacial de Baja California A.C. es uno de los mejor articulados y de mayor peso en la Baja; es, sin lugar a dudas, uno de los que presentan características fundamentales para que nuestra región haga parte de la economía global. Sin embargo, ¿qué pasa cuando en vez de apoyar a estas estructuras se abusa de los recursos que los bajacalifornianos ponemos sobre la mesa y se inventan excusas para otorgar credenciales sin valor?
Ésta es la situación que se vive en el ecosistema de clústeres bajacalifornianos: una preferencia más que obvia para Mexicali por parte de SEDECO, que lo único que logra es enviar un mensaje de división y reafirmar la pobre percepción que se tiene de su titular. Así que empecemos con el rol que juega SEDECO en esto.
Con fecha límite al 10 de abril de este año, SEDECO lanzó una convocatoria llamada Clusterízate con la cual busca la participación de Núcleos Productivos (agrupamientos empresariales/Clústeres) y Asociaciones Civiles de los sectores Automotriz, Aeroespacial, Agroindustrial, de Energía, Productos Electrónicos, Productos de Madera, Productos y Equipo Médico, Servicios Logísticos, Tecnologías de la Información y Servicios Médicos/Turismo Médico para involucrarse en un programa de excelencia y certificación en la administración de clústeres. Hasta aquí, la iniciativa parece algo noble, pero, la cosa cambia cuando se analiza el manejo de recursos.
Este programa está compuesto de dos modalidades. Por un lado, está la Modalidad A, la cual consiste en una evaluación y certificación de clústeres maduros por parte de la Secretaría Europea de Análisis de Clústeres (ESCA, por sus siglas en inglés) y que tiene un costo de $250,000 MXN para la 1ra fase y de $2, 500,000 MXN para la segunda fase, con una inversión del clúster de $15,000 MXN. Mientas tanto, la Modalidad B es un apoyo a núcleos productivos en etapa inicial o embrionaria, es decir, con la segunda modalidad se busca abrir el campo para un clúster en potencia; proceso que tiene un costo de $150,000 MXN y comprende una inversión del agrupamiento o clúster en potencia de $5,000.00 MXN.
Es importante invertir en herramientas de certificación y credenciales que nos representen en el mercado global (en especial si las instituciones que las otorgan tienen un sólido historial de calidad), lo que no es justo es enmascarar el precio de estos procesos y usar el dinero de los ciudadanos para llenar los bolsillos de unos cuantos. Si la agencia certificadora ha cotizado este mismo proceso en 1,350 euros, ¿por qué SEDECO indica que el costo real del proceso es de 275,000 MXN?, si se le pide al clúster que pague 15,000 MXN, ¿por qué la unidad burocrática se queda con 260,000 MXN? ¿Por qué un proceso de revisión que toma cinco días tiene que costar esa cantidad? ¿En qué se basa el costo de $5, 500,000 MXN de la fase 2 para los dos clústeres mejor evaluados? ¿Por qué se le eligió a ESCA para certificar a los clústeres de nuestra región?
Ahora, la cosa es que sí hubo quien accedió a participar en estas actividades. Extraño, sí, pero a través de los servicios de evaluación y certificación de competitividad que ofreció la ESCA, los cuales parecen tener precios de proceso que no coinciden con los de SEDECO, 5 clústeres de sectores estratégicos de la región obtuvieron una certificación en base a su nivel de competitividad; 4 de ellos obtuvieron la certificación bronce, mientras que sólo uno de ellos obtuvo la certificación plata. En este caso, el organismo que obtuvo la certificación plata fue el Clúster de las Tecnologías de la Información, el más alto en su rubro, a nivel nacional, según esta certificación.
Si bien, el CDT, con participación de Miguel Lot, había evaluado hace un par de años a los clústeres (con métricas muy similares a las de ESCA), por qué se les vuelve a pedir a los clústeres que se sometan a otra evaluación (y por ende, paguen por este servicio) y se desacreditan sus trayectorias si deciden no evaluarse con SEDECO. Por qué se desconoce a un organismo como el Clúster Aeroespacial de Baja California sólo por no participar en un proceso que SEDECO utiliza para sus propios fines.
Los conceptos que se consideran en la matriz de maduración de clústeres son parecidos a los que se usaron en Clusterízate para evaluar a los 5 clústeres. En esencia, son los siguientes:
Integración Administrativa: contar con un sistema administrativo que mantenga el equilibrio entre los procesos y el uso de los recursos.
Nivel de Ejecución: cuantificar el uso de los recursos disponibles e infraestructura para lograr las metas del agrupamiento.
Capital Humano: la formación del capital humano basado en competencias laborales, formulación de programas de capacitación y especialización.
Proyectos y Desarrollo: identificar las necesidades de los mercados para desarrollar proyectos y programas rentables.
Nivel de Vinculación: establecer las relaciones con Empresa, Sociedad y Gobierno. Habrá que prestar especial atención a instituciones educativas y centros de investigación.
Nivel de Competitividad: tener un conocimiento del mercado y de los ambientes externos e internos.
Políticas y Barreras: participar en la aplicación de las normas y políticas vigilando que las regulaciones no afecten el desarrollo del agrupamiento.
Responsabilidad Social: apoyar todas aquellas acciones que favorezcan la calidad de vida a través de una política de responsabilidad social equilibrada por los agrupamientos.
En base a estos parámetros, siete clústeres fueron evaluados por el CDT y de ellos, se dijo en su momento que el Clúster Aeroespacial de Baja California tiene un mayor nivel de maduración con un 56.88%, a éste clúster le sigue el de Tecnologías de la Información con 43.13%, luego el de Productos Médicos con 42.50%, seguido por el Clúster Médico Hospitalario con 31.88%, luego el de Turismo Médico con 26.25% y finalmente el clúster Mueblero y el Automotriz, cada uno con 23.75%.
Si el mismo Miguel Lot dijo que el Clúster Aeroespacial de Baja California era una entidad y una red sólida, con mucho potencial y trayectoria de desarrollo económico e impacto benéfico a la comunidad, ¿Por qué ahora se le desconoce? ¿Por qué ahora el Clúster Aerospace Alliance of Baja California, presidido por Ardy Najafian, y que hace apenas unos meses estaba legalizando su constitución, se lleva el reconocimiento, sólo porque el Clúster Aeroespacial de Baja California decide no participar en algo que no deja claro su valor?
Lo sinestro detrás de todo esto es la intervención del Gobierno del Estado, a través de SEDECO, para controlar los recursos a los cuales los clústeres pueden acceder; decir quién recibe apoyo y quién no.
El clima político está cambiando y con él, el futuro del desarrollo económico regional. Hoy más que nunca debemos trabajar desde la cooperación, y decisiones e iniciativas como las de SEDECO no hacen más que fragmentar. La iniciativa privada hace su mejor esfuerzo por mantenerse a la vanguardia y honrar la capacidad y carácter de nuestro estado, sus ciudades y sus trabajadores, pero a veces la dinámica de los sectores que impulsan el desarrollo económico no es reconocida como debería serlo. De hecho, a veces las figuras de autoridad pareciesen sabotear ésta misma dinámica. Claro que es importante contar con certificaciones que nos sirvan de escudos; documentos que nos abran la puerta a mercados que busca la excelencia y seguridad ante todo. Sin embargo, ¿cómo y quienes eligen a las instituciones que nos califican? ¿y por qué realizamos cambios donde ya existe un sólido antecedente de progreso? Con un poco de sentido común, empezaremos a voltear hacia lo que realmente funciona para la región y a darnos cuenta de que el prestigio y reconocimiento no se logran con un papel y están más allá de lo que SEDECO pueda controlar. ¿A quién quieren engañar?
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