El pasado 17 de enero, bajo invitación de la Escuela de Negocios del Pacífico, se llevó a cabo la conferencia magistral “Trump, Brexit y la Nueva Era Populista”, impartida por el Dr. Manuel Muñiz, director del Programa de Relaciones Trasatlánticas del Centro Weatherhead para Asuntos Internacionales de la Universidad de Harvard.
El Dr. Muñiz comenzó su ponencia indicando que nuestra generación vive un alto nivel de transformación comparable con la revolución industrial. “Esto es significativo porque esta velocidad de transformación a la que están sometidas nuestras sociedades está planteando serios retos de gobernanza”. Comentó que los cambios son evidentes, si se toma en cuenta la velocidad con que las nuevas tecnologías alcanzan la marca de los 50 millones de usuarios; “la telefonía tardó 75 años, la radio 38, internet 4 años, Facebook 3 años 5 meses y Angry Birds 35 días en alcanzar 50 millones de usuarios”, ejemplificó.
De acuerdo con el académico, la velocidad en avances tecnológicos y los cambios en gobernanza que resultan de ellos, nos llevarán a enfrentarnos a tres retos fundamentales: una profunda transformación del mercado laboral, un proceso de estagnación de rentas en la clase media y un aumento de la desigualdad como no veíamos hace más de 100 años en las sociedades occidentales.
El proceso de transformación del mercado laboral no tiene precedentes, con cambios volátiles en el sector agrícola y de manufactura. “En 1990 se requerían 25 trabajadores americanos para producir un millón de dólares en producción industrial; hoy en día, se necesitan 6.4 trabajadores americanos, es decir, ha habido un aumento de productividad en el sector industrial sin precedentes”, aseguró. Debido a esta alza en la productividad del sector industrial, explicó, parece poco probable que el presidente Trump logre aumentar el nivel de empleo en este sector, dado que los empleos en este rubro se están destruyendo a causa de los avances tecnológicos; “es inevitable”.
“En los próximos 20 años, el 47% de los empleos actuales estarán en alto riesgo de automatización o robotización y la mayoría de éstos dentro del sector servicios”, explicó el doctor Muñiz, “es decir, traducción, secretariado, agencias de viaje, transporte, etc.; solamente en el sector transporte de EE.UU. hay 3 millones de puestos de trabajo que estarán en peligro de ser automatizados, a través del uso de los automóviles autónomos en un periodo de 20 años.”
Respecto a las transformaciones que surgen de esta vulnerabilidad en los empleos, el doctor Muñiz observó que históricamente, el modelo de desarrollo de los últimos 150-200 años, con todo y su complejidad y matices, se resumía en una idea fundamental, que era que si nosotros ganábamos en productividad, en bienes y servicios, ya sea a través de educación, de capital humano, de capital físico, infraestructuras, etc., esas ganancias en productividad terminaban llegando a través de salarios a los trabajadores y construyendo una clase media. Desde los años 70 esta parte de esa relación se ha roto, es decir, hemos conseguido en Occidente multiplicar la productividad, mientras los salarios se han mantenido congelados. Esto, a mi modo de ver, constituye una fractura de nuestro contrato social. Es decir, a través de tecnología avanzada hemos encontrado la manera de ganar en productividad sin generar un mayor o mejor empleo y sin alimentar una clase media”.
En relación a este fenómeno, el catedrático compartió una tabla que demostraba el origen de las grandes riquezas en los últimos tiempos. “El origen de la riqueza de multimillonarios ha ido cambiando conforme pasan los años”, dijo el doctor Muñiz, “mientras que en 1996, el 55.3% de los multimillonarios había heredado sus riquezas y el 44.7% las había generado por cuenta propia, en 2014 tan sólo el 30.4% de los multimillonarios habían heredado su riqueza y el 69.6% la había ganado”.
Explicó que lo que vemos actualmente son unas amplísimas mayorías en nuestras sociedades con rentas congeladas o decrecientes. Al respecto compartió algunos de los resultados derivados de una investigación realizada a través de una base de datos fiscales estadounidenses, a los que calificó como “alarmantes”: “Un americano que nacía en 1940, tenía un 92% de probabilidades de ganar más que sus padres en vida; en los nacidos en la década de los 80, es decir, los millenials, la probabilidad se reduce al 50%. Ha habido una verdadera destrucción del sueño americano”, dijo el doctor Muñiz; “por lo menos en ese punto Trump ha tenido razón”, agregó.
Advirtió que una gran desigualdad, como aquella que surge de toda esta transformación socioeconómica, suele preceder grandes conflictos; la Gran Depresión, la Primera y la Segunda Guerra Mundial, es decir, existe una correlación entre golpear ciertos niveles de desigualdad y grandes fracturas y conflictos sociales. Esto ocurre a nivel global.
Las consecuencias de las diferencias se pueden ver en un sentimiento anti-sistema o Trump como un “Outsider”, los bárbaros a las puertas de nuestro sistema político y la era anti-liberal, y la pérdida de fe en la democracia como sistema de gobierno. En relación a todo esto y en base a una encuesta de optimismo y pesimismo, el Dr. Muñiz compartió que más del 80% de los votantes de Trump dijeron que la vida era peor para ellos en comparación a hace 50 años, mientras que para los votantes de Hillary Clinton ese porcentaje era de un 19%. Este sentimiento de que las élites o el sistema le han fallado al pueblo ha sido uno de los factores determinantes en estas elecciones. Esto se está manifestando también en Europa.
La influencia de Trump sobre los condados en que sobresale el empleo automatizado es evidente, compartió. De la mano de este fenómeno, viene el hecho de que las élites intelectuales de las naciones que están sufriendo estos cambios no pueden comprender lo que le está pasando a la clase media.
El desencanto con aquellos que nos representan ha ocasionado que surjan manifestaciones contra el modelo liberal. “Esta era antiliberal, por lo tanto, producirá un debilitamiento de la UE, el cual ya estamos viendo con el Brexit y los Balcanes; un debilitamiento de la OTAN y otras organizaciones multilaterales; y un debilitamiento del comercio mundial”.
“Se llega con todo esto a una pérdida de fe en el sistema democrático. Es alarmante ver cómo más de un tercio de la población de los EE.UU. dice que estaría dispuesto a apoyar un gobierno autoritario en el país. Hay una caída en la población que dice que es esencial vivir en una democracia. Existe un colapso al apoyo a la democracia como un sistema de gobierno. El sistema no está respondiendo; no está creando las oportunidades ni la progresión que la gente quiere”, señaló.
En conclusión, existe un cambio estructural de la economía, es decir, en cómo se genera y distribuye la riqueza. Como consecuencia a esto, hay una convulsión política análoga al periodo que vivimos a inicios del siglo XX (nueva clase política). Vemos un impacto geopolítico, y por ende, un cuestionamiento del orden liberal y un consecuente conflicto. La potencial solución es un nuevo contrato social, es decir, un nuevo equilibrio económico y político en el cual las rentas del trabajo no sean tan centrales. De acuerdo con el Dr. Muñiz las soluciones podrían ser:
- Inversión en educación avanzada
- Inversión en habilidades cuantitativas y sociales
- Mix de políticas públicas
- Un ajuste más profundo: un nuevo contrato social
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