“Mentes críticas para tiempos críticos” es el lema que la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés) eligió para conmemorar el Día Mundial de la Libertad de Prensa, el cual fue proclamado como tal, el 3 de mayo de 1993 por la Asamblea de la UNESCO.
La organización mundial eligió este lema con el objetivo de destacar el papel de los medios en el avance hacia las sociedades más pacíficas, justas e inclusivas, meta que representa en estos tiempos un reto digno de abordar en México, donde desde la época del virreinato, la libertad de prensa no se había encontrado tan amenazada como ahora.
No obstante, México no es el único país con una problemática alarmante en el ejercicio del periodismo profesional. En su Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2017, la UNESCO evaluó el grado de libertad del que gozan los periodistas de 180 países con base en los rubros de pluralismo, independencia de los medios de comunicación, ambiente en el que los periodistas llevan a cabo su trabajo, seguridad, censura, marco legal, transparencia y la calidad de la infraestructura con que se cuenta para producir la información.
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
Artículo 19 de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos.
De acuerdo con la clasificación, en 131 países no existen las condiciones idóneas para ejercer el periodismo. Entre los mayores depredadores de la libertad de prensa se encuentran China, que ocupa el puesto 176 y es considerada como “la mayor prisión del mundo para los periodistas ciudadanos”; Siria, con el puesto 177; Turkmenistán, con el puesto 178; Eritrea, con el puesto 179; y Corea del Norte, con el puesto 180 y la cual sólo cuenta con La Agencia Central de Prensa Norcoreana (KCNA por sus siglas en inglés) como única figura con la autorización para proporcionar información oficial a los medios de prensa escrita y radiofónica.
Por nuestro lado, México se encuentra actualmente en la posición 147, después de haber subido 2 puntos desde el año pasado.
De acuerdo con la ONG Artículo 19, desde el año 2000 se han registrado 102 homicidios de periodistas en México, en posible relación con su labor informativa. Del total, 29 se han registrado durante la administración federal de Enrique Peña Nieto.
Veracruz es la entidad más letal para la prensa en México: 22 periodistas han sido asesinados desde el año 2000.
El origen en México de la libertad de imprenta proviene de la Constitución de Cádiz de 1812, cuyo espíritu liberal se trasladó a nuestras constituciones, primero a la de Apatzingán y de ahí en adelante a las leyes de Reforma y a la Constitución de 1917.
Ahora se supone que hay libertad de expresión y que la gozamos completamente, pero vemos que la censura se sigue ejerciendo de una manera u otra: cometido espionaje digital, adoptando políticas de chantaje, condicionando contratos de publicidad a cambio de callar la crítica, recurriendo al acoso a través de mensajes y llamadas intimidantes, violando el principio de participación plural al negar la entrada a periodistas a eventos realizados con recursos públicos, por mencionar algunos.
Apenas el 3 de mayo el Comité para la Protección de los Periodistas (CPP, cuya sede está en Nueva York, EE.UU.) presentó su informe anual. Ahí advirtió que “México es uno de los países más peligrosos en el mundo para la prensa, con impunidad endémica que permite a grupos criminales, funcionarios corruptos y cárteles de la droga silenciar a sus críticos”.
Es una obligación legal del gobierno y del Estado permitir la libertad de prensa, de pensamiento y de crítica, alentarla y vigilar su práctica sin restricciones, al ser ésta un derecho social. Sin embargo, de acuerdo con Artículo 19, en 2016 más de la mitad de las agresiones contra la prensa, 257, fueron cometidas por funcionarios públicos o partidos políticos y 17 por el crimen organizado. De ellas el 40% fueron cometidas por autoridades estatales, el 35% municipales y el 25% federales.
El presidente Miguel Alemán estableció desde 1951 el 7 de junio como el día de la Libertad de Expresión en México. Pero ¿hoy en México hay libertad de expresión? Podríamos decir que no. Cada periodista hostilizado, agredido o asesinado es una muestra de que el país está sumido en una severa crisis, tanto de libertad de expresión como de derecho a la información y transparencia informativa desde el gobierno, lo cual está dañando seriamente la salud de la democracia.
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