Los temas álgidos siguen sin registrar mayores avances
Las conversaciones para actualizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se continúan intensificando, aunque los negociadores siguen sin revelar propuestas específicas para algunos de los temas más álgidos.
En esta ronda los bajos salarios que se pagan en México se convirtieron en un espinoso punto de debate. El representante de Estados Unidos para negociar el acuerdo, Robert Lighthizer señaló que el nuevo TLCAN debe beneficiar a todos los habitantes de EE.UU., desde granjeros hasta los empleados de las fábricas, así como a los “más perjudicados” del convenio trilateral, como los obreros, y mejorar las condiciones laborales en los tres países.
Estados Unidos espera que se ajusten las reglas laborales tras considerar que México se ha valido de los bajos salarios que se pagan y de reglas sindicales débiles para convencer a empresas a que inviertan en el país.
Tanto la Secretaría de Economía como la iniciativa privada en México se han manifestado en contra de negociar temas laborales, particularmente el relativo a salarios, bajo el argumento de que los salarios y derechos de los trabajadores son aspectos que cada país resuelve internamente.
El representante de Estados Unidos para negociar el acuerdo, Robert Ligththizer insistió al final de la tercera ronda en que EE.UU. buscará reducir su déficit comercial aunque sigue sin presentar una propuesta al respecto en la mesa de negociaciones.
El sindicato Unifor, el mayor de la iniciativa privada en Canadá -que incluye a las industrias automotriz, energética y de telecomunicaciones-, insistió que si México no estaba de acuerdo en mejorar los estándares laborales el TLCAN, el tratado debía de ser desechado.
Estudios recientes han demostrado que los salarios en México han sufrido fuertes presiones a la baja. Por ejemplo, según un informe de la calificadora Moody’s, del 2001 al 2015, los salarios mexicanos por hora convertidos a dólares estadounidenses crecieron sólo un 9 por ciento.
La mano de obra mexicana es la peor pagada de los 35 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), según un informe de dicho organismo internacional, publicado en abril pasado. Según la OCDE, al trabajador mexicano se le paga en promedio de 14.63 dólares al día, muy por abajo de la media, la cual es de 50.21 dólares.
A pesar de dichos datos, los líderes empresariales mexicanos argumentaron que la integración de México en las cadenas de suministro de América del Norte ha hecho que toda la región sea más competitiva.
En esta ronda de negociaciones también se abordaron temas como las normas de origen, el comercio electrónico, cuestiones medioambientales y medidas anticorrupción.
Tercera ronda concluye
con acuerdo sobre PyMEs
La tercera ronda del TLCAN se llevó a cabo entre el 23 y 27 de septiembre, en Ottawa, Canadá. Como primer logro de esta etapa, las delegaciones de los tres países miembro consiguieron cerrar un pacto en el capítulo que concierne a las PyMEs, con lo que se reconoce la aportación de este sector a las economías de los países participantes en este acuerdo comercial, que ahora prevé el apoyo del crecimiento y desarrollo de este sector empresarial, para que mejoren sus habilidades de participación y puedan aprovechar las oportunidades de este tratado trilateral.
Asimismo, la tercera ronda ha logrado una serie de avances en materia de facilitación comercial, competencia, telecomunicaciones, empresas propiedad del estado, medidas sanitarias y fitosanitarias, aduanas y comercio digital.
Aunque México, Canadá y Estados Unidos ya cerraron el primer capítulo del nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el de pequeñas y medianas empresas (PyMEs), los temas más espinosos, como el déficit comercial de EE.UU., las condiciones laborales o las reglas de origen, siguen sin registrar mayores avances en estas negociaciones, que se supone deben terminar a finales de año. Tampoco han propuesto todavía ninguna alternativa para remodelar el capítulo 19, el mecanismo de resolución de controversias que EE.UU. quiere. cambiar por completo.
Entre las propuestas que llegaron a las mesas de trabajo de la tercera ronda de negociaciones, está una que pretende limitar las exportaciones agrícolas mexicanas por estacionalidad, por parte de Estados Unidos.
La propuesta de la delegación estadounidense proviene de las presiones de los productores de fresa de Florida y de blueberries de Georgia, que piden que el acceso de los productos mexicanos a ese mercado sea en ciertas temporadas del año para que no coincidan con sus cosechas.
Es la primera “agresión” que recibe el sector agroalimentario dentro del proceso y una de las mayores amenazas para México en las negociaciones, dijo Bosco de la Vega, presidente del Consejo Nacional Agropecuario.
Otra propuesta de EE.UU. que preocupa a México ligada a los productos perecederos es la facilitación de mecanismos para la imposición de medidas antidumping que pudiesen afectar a las exportaciones mexicanas. México está firme en no ceder ante otra propuesta estadounidense ligada al sector agrícola, puesto que no se quiere regresar a cupos ni a incrementos arancelarios.
Cabe señalar que Estados Unidos ha mostrado un perfil alarmantemente bajo en todas las reuniones que se han llevado a cabo; no obstante, se ha mantenido firme en hacer saber sus intereses en normativa laboral y reglas de origen, es decir, aquellas que fijan el porcentaje de insumos regionales que debe tener cada manufactura. Otro tema que interesa en gran medida a los EE.UU. es el capítulo 19 del TLCAN, el cual fija el mecanismo de resolución de controversias.
En esta ronda, se habló de la posibilidad de incluir una cláusula de terminación automática del TLCAN a un plazo de cinco años en caso de que los tres países no acuerden su renovación. Tanto México, como Canadá se negaron a la inclusión de dicha cláusula, mientras que los EE.UU. están dejando esta temática, junto con otros más, en segundo plano. Ninguna de estas cuestiones se solidificó en la tercera ronda, por lo que habrá que esperar para aquella que se celebre en Washington. La táctica de EE.UU. es clara: alargar lo más posible las negociaciones para presionar a los otros gobiernos (en especial, al gobierno mexicano).
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