Bajar la tasa del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y la creación de una zona franca en la frontera norte del país son las propuestas del presidente electo que más expectativas han generado en la región, por los impactos que traerían en la economía local.
En entrevista para Business Conexión, el Mtro. Renato Brassea, socio legal de Uriarte & Brassea, explicó que un recorte a la tasa del IVA fronterizo beneficiaría a la región, al hacerla competitiva frente a los estados fronterizos de EE.UU. Sin embargo, dijo, para bajar el IVA al 8% hay que hacer el tinglado jurídico que nos permita cumplir con la constitución, con tratados internacionales y a la vez con las leyes internas para que la reducción camine adecuadamente. “Si se va a iniciar un nuevo proyecto de nación hagámoslo bien desde el principio”.
Respecto a la visión centralista que generó la homologación del IVA y estableció un tratamiento fiscal igualitario, refirió hablando en términos futbolísticos: “no se debe tratar ni alimentar igual al centro delantero que al defensa, se deben desarrollar las habilidades de cada jugador para que el equipo genere flujo y desarrollo”.
En cuanto a la posibilidad de que Ensenada se quede fuera de la creación de la Zona Fronteriza Económica propuesta por la fracción parlamentaria del Partido Morena, el Mtro. Brassea comenta que si ya se tiene el artículo 136 de la Ley Aduanera que define qué es una región fronteriza y qué es una franja fronteriza debe hacerse caso a la definición. “Aquí no somos franja fronteriza, somos región fronteriza, no podemos crear una línea imaginaria de 30 kilómetros. Toda la región fronteriza debe tener el beneficio del 8% del IVA. Ensenada ocupa empuje, apoyo, Ensenada es Tijuana también”.
Hay que conciliar las políticas con la realidad de cada zona, sostiene. Hablando concretamente del sector textil, recordó que se han aplicado impuestos con visión centralista para la importación de prendas de vestir, los cuales condenan a los comerciantes del lado mexicano al no tener piso parejo para competir con los negocios situados al sur de EE.UU.
De acuerdo con el especialista, un gran porcentaje de las prendas de confección que se venden en la región se manufacturan en China, Tailandia, India y algunos países de Centroamérica. Frecuentemente, la mercancía que compran los comerciantes de ambos lados de la frontera llega de Oriente a Long Beach procedentemente de la misma fábrica, muchas veces en el mismo barco. La diferencia radica en que los comerciantes del sur de California pueden vender sin obstáculos ni sobrecostos esas prendas mientras los comerciantes mexicanos, para poder vender esas prendas en Tijuana, deben cumplir con un padrón de importadores, un padrón sectorial, medidas de restricción arancelaria, normas oficiales mexicanas, además del pago de maniobras, revisiones y otras implicaciones que resultan de la importación de textiles por su naturaleza sensible a su paso por las aduanas, poniéndolas finalmente a la venta con el encarecimiento que le generaron los excesivos requisitos de importación, es decir, con un sobrecosto que no tienen los comerciantes del Sur de California.
El encarecimiento de este tipo de productos, lamentó, genera por un lado que los consumidores que potencialmente pueden consumirlos de lado mexicano prefieran comprarlos en EE.UU., y por otro lado el contrabando hormiga, generando a la vez competencia directa y desleal para el comerciante formalmente establecido.
“El comercio organizado en la frontera sur de EE.UU. está fascinado con las medidas del gobierno mexicano. Yo me pregunto ¿qué planta productiva nacional está protegiendo nuestro gobierno? ¿En qué parte de la República Mexicana se producen prendas de vestir con las características de las que traemos de Asia?”, cuestionó el Mtro. Brassea.
En otra arista del comercio exterior, el especialista habló sobre el combate a la corrupción en las aduanas y la importancia de implementar exámenes de oposición para laborar en estos órganos de la administración pública, quitar discrecionalidad a los funcionarios, disminuir las causales de cancelación de patentes, y evitar que por errores administrativos se le quite la mercancía a contribuyentes e importadores, pues con ésta operan fábricas, líneas de producción. “No basta la confianza, es necesario el conocimiento. Deben establecerse exámenes de oposición para quienes se desempeñan en las aduanas, incluyendo los altos mandos”.
Por último recordó que las leyes están para servir a la sociedad, y en este sentido criticó la falta de sensibilidad del gobierno federal para atender la frontera norte y reconocer las diferencias en las economías regionales de México, y el hecho de que “las condiciones de vida de los bajacalifornianos hace 30 años eran mejores que las actuales”. En virtud de esto, espera que el próximo gobierno federal no tome decisiones de “escritorio”, sino que vean las fortalezas y realidades sociales y económicas de cada región y las potencialicen.
El Mtro. Renato Brassea cuenta con más de 25 años de experiencia en la materia, incluyendo su participación en el sector público en las áreas normativas y aduaneras a nivel central de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Tiene el grado de Maestro en Derecho Fiscal por la Universidad Iberoamericana, y es abogado con Especialidad Jurídica en Materia Aduanera y del Comercio Exterior. Ha sido Subadministrador Local Jurídico en la Administración Local Jurídica de Nuevo Laredo y en la de Tijuana.
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