La enciclopedia dice ODISEA: “Serie de penalidades y dificultades que pasa alguien para llevar a cabo algo”. Eso es exactamente lo que le sucede a los ciudadanos en nuestro país, y sobre todo en nuestra ciudad de Tijuana cuando quieren abrir un negocio. Son tantas las trabas, exigencias y cuestiones que resolver, que los ciudadanos tienen que recurrir a expertos en la materia, que cobran su buen dinero para lograr salir de los enredos causados por los gobiernos municipales, estatales y federales. Eso provoca el crecimiento de las crisis económicas, y que muchos escojan estar en la economía informal.
Es un hecho que los pequeños y medianos negocios son la columna y soporte de la economía de los países, pero eso no lo entienden nuestros políticos que cada vez emiten más leyes para trabar y complicar cualquier situación para iniciar un negocio o empresa honesta y creadora de empleos. Un pavoroso ejemplo de esta situación lo pone la COFEPRIS con los trámites de los permisos,organismo perteneciente a la Secretaría de Salud, la cual toma decisiones y medidas a 3,000 km de nuestra ciudad, sin tener ningún conocimiento de nuestra problemática. No es de extrañar que estemos como estamos por culpa de nuestros pésimos gobernantes.
Cambiando de tema, pero sin quitar el dedo del renglón de las iniquidades que asolan nuestro país, no perdamos de vista a los perniciosos sindicatos, malamente protegidos e impulsados por nuestros gobernantes, que lejos de proteger a sus agremiados, los trabajadores, lo único que hacen sus infames dirigentes sindicales es sangrar tanto a los trabajadores como a los patrones, y eso con el visto bueno del gobierno, que los usa como carne de cañón para que voten por ellos, y luego los hacen senadores.
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