Neil Herrington, vicepresidente Senior, y Jon Baselice, director ejecutivo de Política Migratoria, ambos de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos, compartieron su punto de vista sobre la migración centroamericana y el posible cierre de la frontera en la columna titulada “¿Un método para derrumbar los mercados y la economía EEUU? Cerrar la frontera mexicana.”
Los directivos de la Cámara de Comercio piden al Congreso y a la administración actual que encuentren una solución al polémico problema de la inmigración ilegal. Una solución lógica sería aumentar los recursos para el control fronterizo, darle protección y estatus legal a los “dreamers”, así como a los beneficiarios del estatus temporal de largo plazo y tomar medidas para cambiar la situación que existe en El Salvador, Guatemala y Honduras. “Cerrar la frontera no es la solución a este problema migratorio y podría tener resultados negativos muy graves para los dos países”, afirman.
Herrington y Baselice aplauden el esfuerzo de la administración actual por suavizar su posición respecto a las negociaciones comerciales con China. Sin embargo, reconocen que no tiene sentido suavizar la relación con China y al mismo tiempo cerrar la frontera con México. El intercambio comercial entre México y los Estados Unidos es de $265 mil millones de dólares, en tanto el intercambio entre China y los Estados Unidos es de $121 mil millones de dólares. En lo económico, no tiene sentido cerrar una frontera con un país con el que intercambia 140 mil millones de dólares más que con China. Además, agregan que “desde los 25 años que el Tratado de Libre Comercio ha estado vigente, muchos manufactureros estadounidenses han construido cadenas de suministro integradas que dependen de un flujo constante de insumos mexicanos.” La industria automotriz es un ejemplo, el fuerte intercambio que existe entre los dos países requiere de una frontera abierta y eficiente para su prosperidad.
En los últimos 10 años, la producción de automóviles se ha duplicado. Hoy por hoy, la industria automotriz es responsable del intercambio de un cuarto de los bienes exportados y/o importados entre los dos países. Al cerrar la frontera, o al complicar el cruce de bienes, la producción automotriz en los Estados Unidos y México se verían impactadas y la economías de las ciudades que dependen de esta industria sufrirían. Un componente automotriz cruza la frontera ocho veces en promedio durante el ciclo de ensamblaje, de ahí la importancia de mantener un flujo eficiente en la frontera México – EE.UU.
Brownsville, McAllen y El Paso en Texas y San Diego en California, están entre las ciudades estadounidenses que sentirían un mayor impacto por el cierre de la frontera, pues sus economías dependen del flujo eficiente de bienes y personas.
Tan sólo por el Puerto de Entrada de Laredo cruzó el 50 por ciento de los bienes intercambiados entre ambos países en 2017. Diariamente, 16 mil camiones y 1,400 vagones de tren cruzan la frontera. Se estima que “en la región fronteriza y sus alrededores, muchos de los cinco millones de empleos estadounidenses que dependen del comercio con México se verían impactados por el cierre,” enfatizan los coautores.
Cabe destacar que el impacto de un cierre de la frontera no solo tiene repercusiones a corto plazo, sino que dañaría la economía de los dos países a largo plazo. No se puede calcular el impacto económico con certeza ni el tiempo en el que éste repercutiría, sin embargo, algo es seguro: mejorar la relación con China no contrarrestaría al grave golpe que implicaría el cierre de la frontera con México.
Existe un problema migratorio en los Estados Unidos, los señores Herrington y Baselice lo reconocen, sin embargo, no están de acuerdo en que cerrar la frontera sea la solución. En vez de tomar decisiones que no tienen sentido económico, el gobierno estadounidense debe arreglar el sistema migratorio y tomar la iniciativa de intervenir en Centroamérica con el fin de resolver la situación política y económica en la cual se encuentra la región.
Para el futuro de México y los Estados Unidos, es importante enfocarse en lo que más beneficia la economía de los países, es decir, en tener un acuerdo EE.UU.-México-Canadá (USMCA, por sus siglas en ingles) que responda a las necesidades de los tres países norteamericanos, puntualizan los directivos de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos.
El intercambio comercial entre México y los Estados Unidos es de $265 mil millones de dólares, en tanto el intercambio entre China y los Estados Unidos es de $121 mil millones de dólares. En lo económico, no tiene sentido cerrar una frontera con un país con el que intercambia 140 mil millones de dólares más que con China”.
Neil Herrington y Jon Baselice
Vicepresidente Senior y Director Ejecutivo de Política Migratoria, respectivamente, de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos.
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