Las necesidades de conectividad del mundo están cambiando. Se espera que el tráfico global de datos móviles se multiplique por 5 antes de finales de 2024. Particularmente en áreas urbanas densas, las redes 4G actuales simplemente no podrán mantenerse al día.
Según un informe elaborado por la asociación GSMA, el 5G contribuirá con 2,2 billones de dólares a la economía global en los próximos 15 años, con sectores clave como la industria, los servicios públicos, profesionales y financieros, que serán los más beneficiados por esta nueva tecnología.
Ahí es donde entra en juego una nueva G. La denominación de 5G se refiere a la quinta generación de redes móviles. Lejos, muy lejos, queda la antigua red de 1G que solo realizaba llamadas, o la tecnología 2G que introdujo el envío SMS. Al incorporar Internet (3G), el teléfono se convirtió en ‘smartphone’ para, con la llegada de la banda ancha (4G), ser capaz de reproducir vídeos en tiempo real, entre otras funcionalidades.
Ahora, se espera que el avance más significativo venga de la mano de la velocidad. Según National Geographic, el 5G permitirá navegar hasta a 10 GBps (gigabytes por segundo), 10 veces más rápido que las principales ofertas de fibra óptica del mercado. A ese ritmo se podrá, por ejemplo, descargar una película completa en cuestión de segundos.
El 5G está permitiendo una nueva ola de innovación. Tiene el potencial de cambiar el mundo, impulsando aún más las actuales tendencias tecnológicas: IoT (Internet de las cosas), AI (Inteligencia Artificial) y AR (Realidad Aumentada).
Además, la latencia (el tiempo de respuesta de la red) también experimentará un avance significativo. Según los operadores, esta podría reducirse a 5 milisegundos, un período casi imperceptible para los humanos, lo cual nos permitirá conectarnos prácticamente en tiempo real.
Gracias a esta nueva tecnología podremos, por ejemplo, aumentar exponencialmente el número de dispositivos conectados. Vehículos, robots industriales, mobiliario urbano (badenes, calzada, paradas de autobús) o cualquier dispositivo electrónico que tengamos en casa (desde la alarma, la lavadora, el refrigerador o el robot aspirador) podrán conectarse y compartir información en tiempo real.
En definitiva, el 5G traerá una gran ola de conectividad que abrirá nuevas dimensiones para la innovación y el desarrollo comercial y económico.
Las redes 5G facilitarán:
- Banda ancha móvil de muy alta velocidad y capacidad, con velocidades en movilidad superiores a 100 Mbit/s y picos de 1 Gbit/s.
- Comunicaciones ultra fiables y de baja latencia, en torno a 1 milisegundo (ms) frente a 20-30 ms propios de las redes 4G. Esta condición podría hacerlas apropiadas para aplicaciones que tengan requerimientos específicos en este ámbito, como el vehículo conectado o el autónomo, servicios de telemedicina, sistemas de seguridad y otros como la fabricación inteligente.
- Comunicaciones masivas tipo máquina a máquina (M2M), entre las que se encuentra el Internet de las cosas (Internet of Things, IoT). Se incrementará la capacidad para gestionar conexiones simultáneas, lo que permitirá, entre otras cosas, el despliegue masivo de sensores.
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