La profesora Beata Javorcik, economista en jefe del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD), cree que existe una combinación de factores que harán que la industria manufacturera occidental empiece a traer de vuelta a casa parte de sus trabajos (“re-shoring”, se le llama en inglés).
“Creo que la guerra comercial (principalmente entre EE.UU. y China) combinada con la epidemia del coronavirus hará que muchas compañías se tomen el ‘re-shoring’ con mucha seriedad”, indica.
“Muchas de esas actividades pueden ser automatizadas, porque el re-shoring trae certeza. No tienes que preocuparte por la política comercial nacional. Y te da la oportunidad de diversificar tu base de proveedores”.
En un artículo publicado en la revista mexicana Letras Libres, Toni Timoner, experto en riesgo macroeconómico, fue contundente:
“Se acelerará el repliegue del comercio internacional. Los exportadores ya están reconfigurando sus cadenas de suministros y acercando producción a costa de eficiencias. Los importadores subirán barreras arancelarias en respuesta. Este proceso ya había comenzado con la guerra comercial y ahora entrará en barrena. Asia y Occidente se aíslan mutuamente. Cae un telón de acero económico sobre el mundo”.
Ya estaba en declive
Según el periodista de la BBC Jonty Bloom, ralentizar o reversar la globalización va a golpear duramente a todos las industrias mencionadas, pero agrega que el profesor Ian Goldin, profesor de globalización y desarrollo de la Universidad de Oxford, piensa que la actual pandemia marca un cambio oceánico y que 2019 “fue el año que marcó el pico más alto en la fragmentación de la cadena de suministro”.
Algunos factores como las impresoras 3D, la automatización, las entregas rápidas y el proteccionismo ya los hacían sentir. Al parecer, covid-19 sólo aceleró el proceso.
La preocupación ahora -señala Bloom- no es si estos cambios van a ocurrir o no, sino cuán profundos serán y cómo se van a manejar.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal) de las Naciones Unidas, cree que la gobalización “al menos como la conocíamos antes de esta pandemia, definitivamente va a ser distinta”.
En entrevista con BBC mundo indicó que “definitivamente, esta ya no va a ser una globalización de cadenas de valor. Eso es lo que va a ser más importante: el cambio en los modos de producción y en los modos de consumo”.
El profesor Ian Goldin tiene una manera sencilla de abordar cuáles pueden ser los cambios profundos que enfrentará la globalización, según le explicó a la BBC: ¿será más parecido a lo que ocurrió después de la Primera Guerra Mundial o a lo que sucedió tras la Segunda?
Después de 1918 tuvimos organizaciones internacionales débiles, el ascenso del nacionalismo, proteccionismo y depresión económica.
En cambio, luego de 1945 tuvimos más cooperación e internacionalismo, reflejado en el acuerdo Bretton Woods, el Plan Marshall, las Naciones Unidas y el Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio.
Aunque es optimista, al profesor Goldin hay algo que le preocupa: quién va a asumir el liderazgo. “Podemos tener optimismo, pero no vemos liderazgo desde la Casa Blanca“. Y agrega: “China no puede asumirlo y Reino Unido no puede liderar en Europa”.
Entonces, ¿se reversará la globalización?, se pregunta el periodista Jonty Bloom. Y responde que probablemente no, pues es un desarrollo económico demasiado importante, pero ciertamente puede ralentizarse.
La gran pregunta, agrega Bloom, es si aprenderemos las lecciones de esta crisis.
Y remata: “¿Aprenderemos a identificar, controlar y regular los riesgos que parecen ser inherentes a la globalización? Porque la cooperación y el liderazgo necesarios para que ocurra no parecen abundar en estos momentos”.
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