Con el fin de analizar los posibles escenarios para México frente a la entrada en vigor del T-MEC, Jesús Seade, Subsecretario para América del Norte de la SRE; Luis de la Calle, Socio Fundador de De la Calle, Madrazo, Mancera, y Eugenio Salinas, Presidente de la Comisión de Comercio Exterior de Concamin participaron en el foro #EFMeetPointVirtual, moderado por Enrique Quintana, y organizado por El Financiero.
Luis De la Calle opinó que en el contexto de un cambio en los patrones de inversión para diversificar la exposición al riesgo chino y favorecer la integración regional, la entrada en vigor del T-MEC puede representar una oportunidad irrepetible, pero el Gobierno de México necesita enfatizar cinco cosas que no ha enfatizado de manera correcta: coordinar la reapertura económica con Estados Unidos, invertir fuertemente en logística de puertos, aeropuertos y vías férreas para mejorar la competitividad que nos da la situación geográfica, promover un mercado energético competitivo, abierto, no monopolizado y eficiente, apostar por el desarrollo tecnológico y ofrecer a los inversionistas estabilidad en las reglas de juego.
Sobre la oportunidad de que las empresas asiáticas vean a México como un trampolín para llegar al mercado estadounidense, Jesús Seade dejó claro que para China un factor de mucha importancia para realizar proyectos, contratos e inversiones, es la confianza con la contraparte, razón por la cual el país asiático ha crecido más como exportador que como inversionista en el extranjero, comparado con otras grandes economías como EE.UU., Corea, Japón y Alemania.
“La conquista de China es a través del comercio, no tanto de la inversión”, compartió el subsecretario para América del Norte. “China solo ha invertido en países que tienen los recursos minerales primarios que necesita, como Brasil, África y Australia, fuera de ahí ha invertido únicamente en la fabricación de productos finales en EE.UU. y Europa, pero no en Sudamérica, porque tienen más confianza en los sistemas legales de EE.UU. y Europa, y un mayor conocimiento de su mercado y del empresariado”, aseveró. De ahí que lo que México tiene que hacer, explicó, son ejercicios de creación de confianza con China, por ejemplo, a través de un nuevo tratado de protección a la inversión, con clausulas más fuertes y disposiciones de solución de controversias que generen una mayor confianza y envíen el mensaje de que México es un país amigo que quiere trabajar con ellos.
Seade señaló que China es sin duda la mayor fuente de inversión extranjera que habrá en los próximos 15 años en el mundo. “China tiene más de 3 mil millones de dólares en reservas, un tercio de este recurso, 900,000 millones, lo ha dispuesto en un fondo soberano de inversión que casi no ha sido utilizado. Los Chinos están ansiosos de invertir y hay que ayudarles a encontrar los proyectos correctos. Sin embargo, si queremos trabajar más y mejor con ellos hay que subsanar la desconfianza mutua que existe entre empresarios chinos y mexicanos”, concluyó.
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