- La acuacultura contribuye a la producción de proteína para consumo humano.
- Producir de manera sustentable es el mayor reto acuícola.
Por su larga y significativa contribución al progreso de la acuicultura responsable, y contribuir a lograr una mayor presencia internacional de la WorldAquacultureSociety (WAS, por sus siglas en inglés), el doctor Juan Pablo Lazo Corvera, investigador y actual jefe del Departamento de Acuicultura del CICESE, recibió el premio Fellow de la WAS 2023.
La WAS, la más grande e importante organización científica en temas relacionados con la acuacultura a nivel mundial, fue creada en 1969 y en la actualidad tiene más de 3 mil miembros –investigadores, académicos y empresarios del sector– de alrededor de 100 países en los cinco continentes.
El “Fellow of the WAS” se distingue de otros premios por representar una categoría especial de reconocimiento a los numerosos profesionales repartidos por todo el mundo que han contribuido al desarrollo de la acuicultura como miembros de la sociedad. El reconocimiento es otorgado anualmente por sus pares, desde el 2011.
Visiblemente contento porque una sociedad mundial reconozca la contribución de Latinoamérica, de México, de Ensenada, del CICESE, “es un incentivo para seguir dando a conocer nuestro trabajo; siempre tratamos de poner en la mira a la institución para que se conozca lo que hacemos aquí”, comenta Juan Pablo Lazo, quien fue presidente de la WAS, en el periodo 2016–2017.
Entre las acciones que abonaron al reconocimiento del doctor Lazo Corvera, destaca la incorporación del continente africano a la WAS. En 2017, “logramos incorporar al continente africano, que era el único que nos faltaba. Por primera vez organizamos una reunión en Cape Town, Sudáfrica, y se incorporaron 33 países africanos”.
En un continente donde la hambruna y la pobreza son parte de la geopolítica, la acuicultura importa para proveer alimento. Se puede hacer mucho con la acuacultura a nivel mundial, a pequeña escala como en Asia o grandes empresas, como las salmoneras en Noruega, Canadá, Chile. Pero una práctica común en la acuacultura sobre todo en Asia es familiar, apta para pequeñas comunidades”.
Actualmente, la acuacultura produce 90 millones de animales acuáticos más 30 millones de macroalgas, una suma de 120 millones frente a la pesquería que ronda en los 90 millones de organismos. “Ya producimos más de la mitad de la pesquería, pero tenemos que seguir creciendo y de una manera sostenible”. La acuacultura juega un papel muy importante en la producción de proteína para consumo humano. La FAO estima que, aunque ya producimos 90 millones de organismos acuáticos, hay un déficit de 40 millones de aquí al 2040. Entonces tenemos que casi duplicar la producción y el reto es hacerlo de una manera sostenible.
Estamos mejorando la imagen respecto a los sitios donde se instalan los cultivos y respecto al uso de antibióticos y otros medicamentos que afectan al medio ambiente y crean bacterias resistentes. Ahora, continúa el investigador del CICESE, la tendencia es no utilizar antibióticos, sino buscar otras alternativas amigables con el medio ambiente, como inmunoestimulantes, prebióticos, probióticos, postbióticos. “En eso estamos trabajando mucho”.
En Ensenada, el principal productor mexicano de peces marinos, la perspectiva de crecimiento es muy grande. La empresa local Pacifico Aquaculture, localizada en El Sauzal, acaba de anunciar una inversión para producir 20 mil toneladas anuales de lobina rayada. Ahora producen tres mil toneladas al año y en dos o tres años elevarán a 20 mil. Es un gran reto porque debe hacerse de manera sostenible.
El cultivo de lobina rayada en Ensenada representa un gran reto en aspectos de nutrición y alimentación. “Ensenada es el único lugar en el mundo donde se cultiva la lobina rayada en agua de mar. Es importante e interesante, no es una especie exótica porque se introdujo en 1879 a California, ya hay una población establecida desde hace más de 100 años, es una especie loable y tiene mucho potencial para poner a México en el panorama del cultivo de los peces marinos”, augura Juan Pablo Lazo.
En la acuacultura, subraya el jefe del Departamento de Acuicultura, la tendencia es tratar de utilizar cada vez menos antibióticos y a dejar de depender en los recursos marinos no renovable como la harina y aceite de pescado; los gobiernos a diferentes niveles y organizaciones transnacionales están velando por eso.
Como país, concluye Juan Pablo Lazo, tenemos un rezago en el consumo de mariscos y pescados; deberíamos consumir más, ya que vivimos en medio de dos océanos. México tiene 11 mil kilómetros de costa. A nivel mundial, el consumo per cápita es de aproximadamente 20 kilos; Japón consume 35 kilos, en México andamos en 10 kilos aproximadamente. En Ensenada hay más tradición de consumo, pero no así en el centro del país.
El gobierno debería producir tilapia, carpa y otras especies que tienen bajo costo de producción, son cultivos sostenibles y pueden alimentar mucha gente porque es una excelente fuente de proteína; así como en algún momento la soya fue una alternativa alimentaria desde el gobierno, ahora podría ser el pescado.
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