Las instituciones financieras pueden ayudar a enfrentar el cambio climático en Centroamérica: Lecciones de la COP28

El vínculo entre las decisiones financieras y el impacto ambiental es innegable. Por ello, hoy más que nunca urge que adoptemos prácticas financieras sostenibles, que nos ayuden a enfrentar el aumento de las temperaturas.

Centroamérica se encuentra entre las regiones del mundo más vulnerables al cambio climático. Un estudio del Banco Mundial, titulado Hoja de ruta para la acción climática en América Latina y el Caribe, 2021-25, advierte de que “el cambio climático ya está causando daños económicos en América Latina y amenaza con aumentar los índices de pobreza”. La intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos está aumentando y así lo demuestran casos recientes como el huracán Eta (2020), el Corredor Seco (2019-21) y el actual aumento del nivel del mar. Estos eventos han provocado graves inundaciones, deslizamientos de tierra, escasez de alimentos, pérdidas de cultivos y dificultades económicas en varios países de la región.

Liliana Pozzo, Líder de Servicios de Asesoría en Finanzas Sostenibles de IFC.

Liliana Pozzo, Líder de Servicios de Asesoría en Finanzas Sostenibles de IFC.

En medio de la escalada del cambio climático, las instituciones financieras pueden jugar un papel importante. El vínculo entre las decisiones financieras y el impacto ambiental es innegable. Por ello, hoy más que nunca urge que adoptemos prácticas financieras sostenibles, que nos ayuden a enfrentar el aumento de las temperaturas.

Las finanzas sostenibles implican tomar decisiones financieras que respalden iniciativas como la energía limpia, la conservación del medio ambiente y ayudar a las comunidades vulnerables a prosperar sin causar daños al medio ambiente. Abarca diversas estrategias destinadas a alinear las actividades económicas con objetivos ambientales y sociales, desde bonos verdes hasta carteras de inversión responsable. Al canalizar capital hacia proyectos con bajas emisiones de carbono e iniciativas respetuosas con el medio ambiente, las finanzas sostenibles trazan el rumbo hacia una economía más verde.

Las finanzas desempeñaron un papel fundamental en muchos aspectos de la histórica cumbre COP28 de la ONU, celebrada en Dubái en diciembre pasado, particularmente en la identificación de nuevas fuentes de capital para financiar la transición energética. En el centro de esta transición se encuentra el reconocimiento de que el aumento de las temperaturas plantea graves riesgos para la prosperidad global. Los fenómenos climáticos extremos, el agotamiento de los recursos naturales y las interrupciones de la cadena de suministro, acentuaron los peligros económicos de la degradación ambiental. Invertir en sostenibilidad no solo mitiga los riesgos relacionados con el clima, sino que también fomenta la innovación y las oportunidades de crecimiento.

La COP28 destacó el papel crucial de las finanzas sostenibles para abordar el cambio climático. Aprovechando la experiencia de formuladores de políticas, instituciones financieras y defensores del medio ambiente, la cumbre generó conclusiones clave, incluido el reconocimiento del papel de las finanzas sostenibles para limitar el calentamiento global. Un pilar central de la agenda de la COP28 fue mejorar la integración de los factores ambientales en los procesos de toma de decisiones financieras. Al incorporar evaluaciones de riesgo climático y criterios de sostenibilidad en los marcos de inversión, las instituciones financieras pueden identificar y mitigar mejor las vulnerabilidades relacionadas con el clima.

Otra conclusión vital de la COP28 fue la necesidad de movilizar recursos financieros para los esfuerzos de adaptación y resiliencia climática, principalmente en regiones vulnerables como Centroamérica. Los países en desarrollo de Centroamérica enfrentan impactos desproporcionados del cambio climático debido al aumento del nivel del mar, tormentas frecuentes y ecosistemas frágiles. Los recursos financieros limitados, la infraestructura inadecuada y las disparidades socioeconómicas exacerban estos desafíos, subrayando la necesidad urgente de medidas de adaptación.

Además, la naturaleza interconectada de las finanzas globales significa que los impactos del cambio climático en una región pueden afectar a poblaciones de todo el mundo. En esta línea, la COP28 recalcó la importancia de mejorar la resiliencia climática a través de inversiones específicas y cooperación internacional, como infraestructura resiliente y las medidas de reducción del riesgo de desastres.

En conclusión, las finanzas sostenibles ofrecen una herramienta esencial para mitigar los desafíos del cambio climático y evitar temperaturas récord. Las conclusiones de la COP28 resaltan el papel trascendental de las instituciones financieras en la integración de la sostenibilidad en los procesos de toma de decisiones y la movilización de recursos para los esfuerzos de adaptación climática. Especialmente en regiones vulnerables como Centroamérica, abordar el cambio climático es urgente y las finanzas sostenibles ofrecen un camino hacia un futuro más resiliente y sostenible para todos.

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