El arsénico en el agua potable representa un grave problema de salud pública en México, afectando a comunidades enteras y poniendo en riesgo la vida de millones de personas. Aunque incoloro, insípido y sin olor, el arsénico es altamente tóxico y puede causar una variedad de enfermedades, incluyendo cáncer de piel, pulmones, vejiga, riñones, padecimientos cardiovasculares y trastornos del desarrollo infantil.
La erosión y la sobreexplotación de acuíferos, debido a la escasez de agua que ha llevado a una perforación más profunda, contribuye a que este elemento pase del suelo a las aguas subterráneas, convirtiéndose en un enemigo silencioso. Datos de la Red Nacional de Medición de la Calidad del Agua (Renameca), indican que el 57.2% del agua subterránea cuenta con partículas de coliformes fecales, metales pesados, nitratos, arsénico y sólidos disueltos.
“La urgencia de abordar el arsénico en el agua potable de manera eficiente y sostenible”, “Voltear a ver tecnología basada en aluminosilicato sintético activado es una solución muy viable en el mercado, que permite eliminar selectivamente el arsénico. Integrar también microfiltración, ultrafiltración, nanotecnología de adsorción y ósmosis inversa, además de contemplar pretratamiento como desinfección y ablandamiento en soluciones de purificación, son innovaciones que deben impulsarse,” comenta un experto en agua.
La microfiltración y la ultrafiltración son tecnologías avanzadas de purificación del agua que utilizan membranas con poros extremadamente pequeños para eliminar contaminantes. La microfiltración retiene partículas en suspensión y microorganismos, mientras que la ultrafiltración va un paso más allá, eliminando bacterias, virus y otras partículas ultrafinas.
La nanotecnología de adsorción emplea materiales a escala nanométrica que actúan como imanes para atraer y retener contaminantes específicos, como metales pesados y compuestos orgánicos. Por otro lado, la ósmosis inversa es un proceso que utiliza una membrana semipermeable para eliminar sales y minerales disueltos en el agua, aunque es muy efectiva para ciertos contaminantes, su alto consumo energético y la producción de agua residual hacen que sea más adecuada para la desalinización y no tanto para la eliminación selectiva de arsénico, donde la tecnología de aluminosilicato ofrece una solución más eficiente y sostenible.
Estas tecnologías aseguran una alta calidad del agua tratada, proporcionando una barrera efectiva contra una amplia gama de contaminantes. Además, también se pueden integrar en soluciones que llevan agua purificada a puntos adicionales como refrigeradores, cafeteras profesionales y dispensadores, y el sistema de recirculado de agua, optimizando al máximo el uso de cada gota purificada.
La presencia de arsénico en el agua de uso doméstico ha sido alertada por investigadores de la UNAM desde hace por lo menos cinco años y en regiones hídricas de estados como Zacatecas, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa y Aguascalientes, ha aumentado el registro de este elemento.
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