Crisis en el sector solar: El precio de los paneles agrava la situación financiera de las empresas

El sobrestock, los gravámenes de procedencia a productos fotovoltaicos, las barreras paraarancelarias y la magra diferencia histórica entre módulos Tier-1 y Tier-2 lleva a diversas empresas al borde del abismo; por lo que surge el interrogante de si hacia fin de año habrá una mejora en los montos de los paneles y en la rentabilidad de esta industria.

El sector fotovoltaico del mundo atraviesa una de las mayores crisis de los últimos años, de tal modo que la tendencia de precios de los paneles solares se mantiene a la baja pero se agrandan las problemáticas a las que se enfrenta esta industria.

Tras un 2023 récord con el despliegue de 473 GW renovables, donde la energía solar participó con 345,5 GW (73% del incremento total) según datos de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) y la triplicación de la capacidad de producción, paradójicamente el estado financiero de esta industria cayó ido a la baja en el transcurso del 2024 y se agrava la situación.

Tal es así que el sector solar chino pareciera que llegó a un punto de quiebre, en el que muchas compañías están perdiendo dinero y algunas hasta se plantean el cierre.

¿Por qué? Debido a una altísima competencia en el propio país, sobrestock de productos, baja de precios de venta y la subida en los costos de producción, sumado a que a ciertas empresas, sobre todo de mayor volumen de producción, les resulta más conveniente comerciar por debajo del costo que parar sus plantas productivas.

Además, la guerra comercial entre los bloques EE.UU. – Europa – Asia (y la propia por la alta cantidad de fabricantes que buscan abarcar un mismo mercado) no posibilitó una mejora en lo que va del 2024, sino que la película ya cuenta con capítulos sobre barreras arancelarias y el aumento de los gravámenes de procedencia de hasta 50%

Esto generó una guerra de precios a nivel global entre las firmas Tier-1 y Tier-2 y que los valores alcancen mínimos históricos de hasta 0,99 dólares por vatio (cerca de un 70% más barato que en el 2022), al igual que los márgenes entre ambos niveles: Por tanto hay alertas de que muchas de las compañías posiblemente no podrán soportar la presión.

“Todos los síntomas son de que hay un exceso de oferta y hay buena parte de los fabricantes que están queriendo eliminar el stock”, subrayó semanas atrás Alejandro Diego Rosell, consultor especializado en energías renovables y profesor del Máster en Energías Renovables de la Escuela de Organización Industrial, quien también manifestó que la falta de indicadores o cifras oficiales sobre las reservas de paneles genera una falta de transparencia en el mercado.

“Hay un rango histórico de precios baratos para los módulos Tier-1 y la diferencia histórica con los Tier-2 se vio atomizada a menos del 2% de diferencia de precio, que con ello estas últimas entran en zonas de riesgo financiero”, explicó Marcelo Álvarez, integrante de la Junta Directiva y coordinador del Task-force LATAM del Global Solar Council.

Como consecuencia, en la elección del precio se sobreponen las marcas Tier-1, en tanto que las Tier-2 se ven obligadas a recortar precios, aplastar sus ganancias, a la vez que caen en picada por las pérdidas de ventas, facturación en zonas de riesgo financiero o al borde de desaparecer.

“Va a haber una gran purga en términos de compañías solares. Ya se ha visto en los recientes análisis sobre los Tier-1. Habrá que ver cómo sigue evolucionando esa situación”, anticipó José Luis Blesa González, director para Latinoamérica de Seraphim, durante un evento de Future Energy Summit.

Incluso, las acciones de varias Tier-1 cayeron hasta niveles pre-pandémicos y son pocas las empresas de esa categoría que lograron una mejoría a comparación del cierre 2019; aunque están en caída si miramos sus números de los últimos dos años.

Por ejemplo, las firmas Canadian Solar (pasó de USD 21,79 por acción en 2019 a USD 15,79 a julio 2024), Risen Energy (USD 13,43 a USD 10,86) ya están por debajo de lo hecho hace un lustro. Mientras que Tongwei (USD 13 a USD 17,37), LONGi (USD 12,45 a USD 13,51) y JA Solar (USD 5,67 a USD 10,53) están por encima de la línea marcada al final del 2019, pero a la baja en el transcurso de los meses recientes y muy lejos de los más de USD 40 por acción que supieron cotizar entre entre fines del 2021 e inicios del 2023, según datos de Consumer News and Business Channel (CNBC).

Asimismo, JA Solar recientemente reconoció que sufrió una pérdida neta de USD 110.000.000 en el primer semestre de 2024, debido a una mayor competencia en el mercado solar, continuas caídas de precios, menores ganancias brutas de las operaciones principales y provisiones significativas para la depreciación de inventario.

En tanto que LONGi advirtió a principios de julio que esperaba una pérdida en el primer semestre de más de USD 661.000.000, argumentando el exceso de oferta en la industria fotovoltaica de China.

A pesar de ello, aún está por verse cómo continúa la relación precio – costo – mantenimiento de calidad y fortaleza financiera; desde el sector energético confían en que habrá un aumento en los precios de venta hacia final de año, que derivaría en un mejor margen y la salida del riesgo financiero.

Además, que varias empresas se esfuerzan por ser más globales y otras entidades del sector trabajan por impedir barreras arancelarias y paraarancelarias, así como retaliaciones entre los países.

Bajo esa misma línea, Wood Mackenzie dio a conocer que cada vez más empresas chinas están construyendo fábricas de soluciones fotovoltaicas en Estados Unidos para no sufrir los gravámenes impositivos. representando ya una quinta parte de las fábricas solares anunciadas en EE.UU. desde que Joe Biden anunció las subvenciones climáticas.

Mientras que el Global Solar Council (GSC) también está en conocimiento de la problemática e intenta articular intereses para evitar guerras comerciales entre mercados, potenciar producciones locales con incentivos y coordinar políticas de respeto mutuo en beneficio de las energías renovables.

“El rol del GSC es catalizar el proceso de adopción solar para hacerlo más barato, rápido y eficiente. Y las discusiones pasan por cómo establecer mecanismos de incentivos que sean eficientes y no barreras por procedencia, ya que siempre terminan con restricciones de un lado y contra restricciones del otro que llevan el precio al alza”, aseguro Marcelo Álvarez.

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