“Si EE.UU. expulsara a un millón de inmigrantes por año en un periodo de 10 años, es decir 10 millones de personas, el Producto Interno Bruto (PIB) de EE.UU. dejaría de crecer un 5 por ciento durante esa década”, precisó Manuel Molano, director general adjunto del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en su participación el 28 de abril en el desayuno mensual de la AEM Capítulo San Diego.
Detalló que en EE.UU. hay 26 millones de inmigrantes, 11 millones de ellos ilegales, 56% de origen mexicano, 19% con más de un diploma de secundaria, 50% de los no cualificados son ilegales, y 13% de los que tienen cualificaciones no tienen un permiso válido para trabajar.
Respecto a los efectos que causaría poner en marcha la iniciativa de Donald Trump para enviar a los inmigrantes a sus países, Manuel Molano explicó que una reducción en EE.UU. en la oferta de trabajadores sin cualificaciones, nacidos en el extranjero, implicaría una reducción de la demanda doméstica de comida, rentas, transporte, etc., lo cual rápidamente se traduciría en una reducción de la producción y oferta. Adicionalmente, se daría un efecto de mayor demanda de gente nacida en EE.UU. sin cualificaciones, cuyos salarios tenderían a subir, lo que generaría un incremento en los precios de todos los bienes y servicios que produce el país.
Si EE.UU. empezara a deportar un millón de personas por año, la capacidad de compra de quienes no están cualificados aumentaría, mientras la capacidad de compra de quienes si están cualificados decrecería. Esto a lo que le “pega” es a la meritocracia en EE.UU., pues se mandaría el mensaje de que el Estado norteamericano cerrará la frontera para que no llegue nadie a competir por los trabajos que no requieren cualificaciones, es decir, se estaría desincentivando a que la gente adquiera sus “skills” en el sistema educativo.
Adicionalmente, la creación de empleos bajaría como efecto de la reducción de la demanda y oferta. En suma, el PIB de los EE.UU. disminuiría, mientras que el de la economía mexicana crecería, “aunque realmente hace mucho más sentido que crezcan ambas economía de manera conjunta”, explicó.
¿Qué pasaría si EE.UU. aumenta sus aranceles a niveles previos a NAFTA?
Durante meses hemos oído a Trump repudiar todos los tratados comerciales, pero ¿qué pasaría si EE.UU. aumentara sus aranceles a niveles previos a NAFTA?
De acuerdo con Manuel Molano, no se ha sabido de ningún país en el mundo que suba sus aranceles de manera importante, cierre sus fronteras y empiece a crecer brutalmente. Lo primero a lo que se enfrentaría EE.UU. es a que ya no tendría capacidad para producir un sinfín de productos por la falta de insumos, si a esto se le suma una política anti migratoria, EE.UU. no tendría ni la mano de obra ni los componentes necesarios para fabricar productos de relativo bajo valor agregado, como por ejemplo ropa.
“El alza de aranceles del 30% por parte de EE.UU. implicaría una reducción de 14% en el consumo, de 12% en el gasto público y de 12% en la inversión”.
“Una reducción de 12% en el gasto público implicaría desaparecer una parte importante de los servicios públicos de EE.UU., mientras que una baja de inversión en este mismo porcentaje implicaría matar el desarrollo futuro. En suma, veríamos una conversión muy rápida de los EE.UU. a un país de tercer mundo”, observó.
Al inicio México tendría un golpe en su economía, continuo, pero una vez ajustados todos los efectos empezaría a comerciar más con otros países. “Se reacomodaría el comercio mundial, pero con EE.UU. fuera, y eso sería mucho más grave para la economía norteamericana que para economías como la de México”.
El analista dijo que con la misma lógica por la cual debe haber libre circulación de bienes y servicios, puede haber libre flujo de capitales entre las economías, y comentó que en ese sentido, también debe haber libre flujo de trabajadores que puede significar beneficios tanto para la economía que los recibe, como para la economía que los expulsa.
De acuerdo con el director del IMCO, cualquier país del mundo puede beneficiarse de la migración, pues si hay más gente trabajando y más gente consumiendo, la economía se hace más grande y hay una mayor demanda de bienes y servicios.
A manera de conclusión, Manuel Molano opinó que hay una serie de elementos en política, distintos al comercio internacional, que son más probables culpables de la falta de crecimiento de la economía norteamericana: el no haber asumido correctamente lo que implicaba la crisis del 2008, una política monetaria laxa, una educación que se ha vuelto deficiente, los brutales costos de las políticas de salud, y el hecho de que los impuestos se hayan vuelto una verdadera barbaridad.
“EE.UU. tiene que revisar sus orígenes, volver a ser un país liberal, abierto, de impuestos bajos y buenas propuestas educativas, creo que eso podría funcionar mucho mejor que cerrar la economía”, finalizó.
En el marco de la reunión, se recordó que AEM nombró como nuevo presidente del consejo para el período 2016 – 2018 a Javier Martínez, quien se desempeñaba dentro de la organización como presidente del capítulo de AEM Los Ángeles.
Adicionalmente, se compartió el lanzamiento de la organización The American Mexico Public Affairs Commitee (AMxPAC), como un esfuerzo de empresarios de la AEM para contrastar con la campaña impulsada por Donald Trump y cabildear a favor de la relación México – EE.UU.
La inmigración ayuda al crecimiento económico porque añade trabajadores, consumidores y empuja a la gente que tiene altas cualificaciones a obtener trabajos de más alta productividad. La respuesta de política pública a las tensiones alrededor de la inmigración son educación, asimilación, información, y circuitos adecuados para el libre tránsito de las personas”.
Manuel Molano
Director general adjunto del IMCO
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